Por Dr. Álvaro Vero
El ciudadano francés (1808-1891) actuó durante largos años (1838-1866) como el primer médico de Salto. Su figura es resaltada por biografías de Rafael Firpo (historia del salto oriental-Nov.1912), Fernández Saldaña-(historia del Depto. de salto 1920), Fernando Mañé Garzón, Diario Cambio del 17/06/1991, y los “apuntes a la historia de la medicina de Salto personales” del Dr. Ricardo Revetria.
Hijo de propietarios rurales, de familia ennoblecida, que emigraron a Alemania durante la Revolución Francesa, habiendo sido probablemente médico militar; reaparece en en 1838 en Concepción del Uruguay para posteriormente radicarse en Salto.
Presenta títulos y experiencias dudosas aunque adquiere renombre, siendo nombrado médico militar por la Presidencia de la República y en 1842 nace en Salto su única hija Marie Olegaria.- En 1852 clarifica su situación documental ante el Consejo de Higiene Pública, se le autoriza a ejercer la cirugía y es nombrado médico de Policía de Salto.-
En 1861 viaja a Francia y presenta documentación y presentando una tesis sobre el Tétanos basada en experiencias sudamericanas y dedicada al Dr. Fermín Ferreira, presidente del Consejo de Higiene Pública del Uruguay, otorgándosele el título de Profesor en Medicina y Cirugía.-
F.Saldaña lo describe en su bohemia, desaliñado, de escasos cabellos, con ausencia de dentadura, crespa barba y levita negra, habiendo vivido en la esquina sudeste de Brasil y Viera. Tres veces viajó a Europa y en uno de esos viajes llevó consigo dos jóvenes salteños que los dejó estudiando: Llovet y Claverie.- …”su puerta nunca la cerraba, sólo arrimaba una silla”…
En 1866 vuelve a su tierra natal y se instala en Saint-Maurice-aux-Forges, en un pequeño castillo, a mitad de distancia entre LUXEMBURGO Y ZURICH, en la Lorena, cerca de la frontera con Alemania, ACTUANDO EN FORMA FILANTRÓPICA.
Fallece en el 7 de enero de 1891 de una parálisis, no tuvo otra descendencia más que una nieta y se le honra en la localidad en un vitral de la iglesia, siendo enterrado en el cementerio de Saint-Maurice junto a su compañera.
En abril de 1861 el pueblo de Salto le entrega una medalla de reconocimiento que en su anverso dice “Al Dr.Apolón de Mirbeck eterno recuerdo de gratitud, y amistad, los habitantes de Salto Uruguay, abril 1861.- y en su reverso “Al eminente y feliz operador, ciudadano prudente y perspicaz, consolador de la humanidad doliente, alma caritativa y noble, discípulo de sí mismo, adiós 1861”, la que fue presentada en la facultad de Strasburgo dentro de sus méritos.-
A la generosidad de su pueblo francés no es menos honrosa la designación en Salto de la Avenida que lleva su nombre, perdurando así en la memoria colectiva salteña por su entrega vocacional.-
Ya para la segunda mitad de 1850 dos médicos locales de origen español continuaron la historia médica: Ramón de Olascoaga y Eusebio Gerona con humanitarismo y abnegación reconocida.-