“Después de que se apaguen las luces de las cámaras, cuando el tema pase al archivo, el trabajador puede llegar a quedar absolutamente en banda y tirado”.

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El Diputado Fernando Amado del partido Colorado hizo uso de la palabra el pasado viernes en la comisión de legislación del trabajo del parlamento nacional donde se recibió al Sr.Hugo Leites peón rural salvajemente ggolpeado en un establecimiento de nuestro departamento.
Palabras de Fernando Amado:

¿Por qué? Porque se trata de un tema de derechos humanos, de abuso en el más amplio sentido de la palabra, y porque genera, notoriamente, un reflejo de impotencia, de rechazo, inclusive, de asco aunque parezca fuerte la palabra , cuando se utiliza el miedo y la prepotencia desde un lugar de relativo poder económico, social e, inclusive, de formación para evitar consecuencias de actos ilegales, como el no pago de horas extras, y ni hablar de casos como el que hizo salir a la luz este tema, que es el de la violencia.
Entonces, cuando alguien utiliza como aquí se ha relatado el arma del miedo, de sus vinculaciones, de sus posibles contactos, etcétera, el reflejo es muy positivo, en términos generales, del sistema político, de las organizaciones sociales, y es una victoria en la defensa de quien no tiene padrino ni de la posibilidad de ejercer esas presiones a las que hacía referencia el diputado Carballo.
No tengo dudas de que deben de haber sido días en los cuales el teléfono del doctor Cartagena debe de haber sonado bastante como decía el diputado Carballo , tratando de minimizar, de bajar un poco de nivel y de exposición pública al tema, etcétera.

¿De parte de quienes? De los más variados actores que tiene una sociedad y, seguramente, en este caso, como bien lo anticipó en su amenaza, el propietario debe de haber tratado de apelar a todo el abanico de sus eventuales contactos para tratar de que esto quedara en el anonimato.
Me siento representado en todo lo que dijeron los compañeros legisladores en cuanto al tema concreto, el repudio, la necesidad de avanzar más aunque, ni qué hablar, estemos mejor que antes y el reconocimiento de una cantidad de cosas que se hicieron en el último tiempo, sobre todo vinculadas al ámbito rural.

Lo que me preocupa quiero decirlo, simplemente, a modo de reflexión tiene más que ver con lo que puede pasar después, más allá de la situación concreta desde el punto de vista judicial y laboral. El hecho es que corremos un enorme riesgo no tanto nosotros, que estamos haciendo lo que tenemos que hacer de que después de que se apaguen las luces de las cámaras, cuando el tema pase al archivo, el trabajador puede llegar a quedar absolutamente en banda y tirado.

Es notorio que esto lo va a dejar expuesto, en una situación en la que me animo a anticipar que va a ser difícil que consiga trabajo en el ámbito rural; puede ser por estar en alguna lista negra, pero más bien por el reflejo natural, típicamente uruguayo, de evitar problemas. “¿Para qué voy a contratar a alguien que estuvo metido en todo este lío, que fue tan notorio, tan masivo, tan público?”. Esta es una típica reacción uruguaya de preferir no hacer olas y evitar problemas.

Una vez terminada toda esta etapa es cuando la actitud de valentía que tuvo el trabajador que notoriamente tiene quien lo defiende y que todo el sistema reconoce va requerir más ayuda y compromiso de parte de las autoridades públicas y de quienes representamos a la gente en cargos políticos.

Es muy probable que suceda eso, y yo me quiero anticipar, porque si no estaríamos cayendo en una situación en la cual premiamos en el momento, en el instante, la valentía y otra cantidad de cosas, pero después dejamos a ese eslabón débil de la cadena absolutamente en abandono o, por lo menos, en un segundo o tercer plano.

Me parece que es muy necesario tener un acompañamiento posterior, cuando esto empiece a bajar los decibeles, sobre todo en relación con los niveles de visibilidad pública que ha tenido.

Además, si ese fuera el final de la película y dentro de dos años es una “anécdota” lo digo entre comillas que pasó en un momento y el trabajador anda peludeando para ver si puede vivir porque no tiene chance de reinsertarse nuevamente en el mercado laboral, etcétera, el que ría último será el patrón, el mismo que hizo todo lo que sentimos que fue denigrante y abusivo en el más amplio sentido de la expresión.

Entonces, ojo con creer con que es un partido que se termina acá, en este primer tiempo, si se me permite la expresión futbolítica.
Es un partido más de fondo, en el cual será fundamental la actitud de quienes tenemos responsabilidades públicas y de quienes las tienen en los ámbitos sociales y están comprometidos con este tipo de cosas.
Hago foco en eso, porque lo otro ya lo dijeron muy bien mis compañeros y comparto plenamente las distintas exposiciones de mis colegas de la Comisión y de quienes han venido hoy especialmente. Me preocupa el día después, sea cuál sea el desenlace judicial y del proceso concreto en el que están embarcados hoy.
Yo me comprometo como actor político y no tengo dudas de que mis compañeros también, pero no nos descansemos cuando termine toda esta peripecia más visible, más pública, más mediática; si no, al final del camino, vamos a terminar dejando en banda a quien generó un antecedente para que empiecen a cambiar las cosas o para que sigan cambiando. Soy de los que creen que en este terreno notoriamente hay una acumulación histórica.
No tengo empacho en reconocer, con honestidad intelectual, que en este terreno ha habido muchos avances en los últimos años, pero no habría existido esa posibilidad sin que hubiera habido décadas de acumulación de trabajo desde los distintos ámbitos políticos con sensibilidad para la defensa de los trabajadores y de las organizaciones sociales.

Son conquistas que se van dando a partir de una acumulación y, sobre todo, de cambios culturales y de la batalla cultural que hay que dar. Lo que decía la diputada Mutti es muy gráfico.
El hecho de que en la marcha haya habido algunas expresiones muy tóxicas, como las que señaló la diputada cuando hizo uso de la palabra, aludiendo a esa frase diría a esa inmunda frase “algo habrá hecho” o ese tipo de expresiones, habla mucho del cambio cultural profundo que se precisa.

Eso, como dijeron bien los colegas, no se da de un día para el otro; es una acumulación, una construcción día a día, y la interpelación hacia nosotros mismos será si estamos a la altura de las circunstancias y del compromiso, para seguir acompañando este proceso cuando se apaguen las luces de las cámaras.

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