EL NUEVO USUARIO DE LA SALUD

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Por Dr. Álvaro Vero-Salto

En el entendido que los procesos asistenciales siempre deben y pueden ser mejorados intentamos resumir en esta nota los sentimientos y opiniones sobre insatisfacciones padecidas.

Integran el capítulo de la ” Gestión del Paciente”, sobre el que debe reorientarse las estrategias de atención, que hoy están centradas en intereses profesionales y de empresas que representan sus economías.

Definimos en notas anteriores el cúmulo de leyes, decretos, normativas y expresiones éticas de códigos varios que protegen y dan participación de opinión y de información que no se ha cumplido cabalmente.-

En primer lugar habría que adecuar la oferta a la demanda en función de prestaciones necesarias y no “creando” nichos de trabajo médico desde subespecialidades sin mayor gravitación y que difícilmente proporcionen beneficios notorios en salud. El incremento de la oferta de servicios debe estar dirigido a la demanda no atendida siendo un tema de desorganización e insatisfacción, aumentando las esperas, muchas veces inexcusables y fuera de toda ética y cumplimentación de los derechos.

¿Quienes son los responsables? los gestores tanto públicos como privados que deben velar por la calidad de vida y el cumplimiento de las leyes y derechos. ¿Lo hacen?- ¿lo conocen?, ¿lo analizan?, ¿le buscan soluciones o aplican la indolencia? porque quizás lo conocen pero no tienen soluciones.-No creo.-

El usuario tiene un papel importante y de él debe obtenerse su lealtad y su fidelidad (hoy creo que sería difícil), la relación debe ser con su médico, participativa e informativa, con privacidad y el tiempo suficiente; debe sentirse persona y no una enfermedad, debe tener confianza, hoy conoce sus derechos y exige respeto, tiene desconfianza de la mala praxis, no conoce al médico que lo trata y menos por teléfono, puede elegir su servicio de atención pero no de que enfermarse.

No ignorar el clima interno y la opinión del trabajador que trasciende al mundo íntimo de la organización, donde es difícil que se pueda cultivar con el ejemplo,(probablemente los haya); donde no se llega ni con capacitaciones (que no las hay),ni inversiones ni estímulos ,pero que además son agentes silenciosos de la atención que se da ,ajenos a las metas organizacionales, a la innovación que no existe, a su creatividad sofocada con miedos y hasta amenazas.- (y son cientos).- La libertad de opinión no puede ser cercenada por reglamentos en tanto no sea tendenciosa.- La actitud debe ser de respeto,simpatía,responsabilidad,y confiabilidad; son el primer contacto con el servicio.-

¿Y las organizaciones gremiales que piensan? Siguen ensimismadas en temas salariales, importantes sí, porque deberían permitir una mejor calidad de atención profesional, en definitiva, ¿pero no habrá cosas para innovar? Claro que sí, deberían estar pensando en un salario diferencial para aquellos que están en la línea de combate y de riesgo por la pandemia, premiar el riesgo compartido, mantener en lo posible la asistencia presencial bajo las medidas conocidas; convocar especialistas en Salud Pública, epidemiólogos, demógrafos, informática, en vez de prescindir y/o sustituirlos porque los amanecidos “Administradores” no pueden ser jamás sustitutos. En fin, el laudo Femi fue adaptado a que el poder profesional de estos especialistas no opacara la carrera de los aspirantes a cargos bien remunerados  en mdeo. (Lo que lograron) en detrimento de capacidades formadas en el país y en el exterior, no registrando estas especialidades en un laudo caduco donde figuran creaciones inéditas como la de “médico prevencionista”.- Creo que gremialmente es mucho lo que se puede hacer, con innovaciones, propuestas y liberándose del atavismo y la anomia en que se sumerge la visión gremial.- La Inoperancia Activa nos ha ralentizado, pero ese síndrome será para próxima nota.-

 

 

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