Por Dr. Álvaro Vero
Con la tendencia al aumento de la esperanza de vida al nacerlas cifras de la población no sólo son cada vez mayores sino que el porcentaje de población de la denominada tercera edad aumenta notablemente representando mayor dificultad para ampliar la cobertura de servicios básicos.
Si en la mitad del siglo XX la esperanza de vida era de 50 años en el siglo XXI sobrepasa largamente los 70 años en sus comienzos. Estamos hablando de un porcentaje de población que supera el 15% y es el grupo que más crece.
Si bien la edad avanzada no es sinónimo de incapacidad o enfermedad son grupos más susceptibles a problemas de salud. Uno de los problemas es el económico directamente relacionado con la desvinculación laboral y donde con frecuencia no están amparadas por la seguridad social, que se añade al aislamiento físico y emocional que significa alta inversión social para la asistencia familiar y social.(Atenciones a las invalideces y asistencia pública-sistema de cuidados-BPS)
La estimación global para el mundo de 2016 de los “años perdidos ajustados por discapacidad y muerte prematura-AVAD” priorizan las enfermedades isquémicas del corazón, infecciones respiratorias, accidentes cerebrovasculares, complicaciones del parto, enfermedad diarreica, accidentes de tránsito, enfermedad obstructiva crónica respiratoria, y diabetes en los primeros 8 lugares.
Para el futuro ya se visualiza que la” depresión” será en la escala muy, significativa como factor de discapacidad.
La OMS y la ONU han manifestado que las enfermedades no transmisibles (ENT) serán un problema mundial que afectará el desarrollo de las naciones recomendando el control y la prevención de las mismas y como meta la reducción de las muertes prematuras en un 30%.
Participando de varios factores estas ENT está el alcoholismo, tabaquismo, la obesidad. Más de la mitad de los europeos tienen exceso de peso y las causas de esta novel epidemia son comer en exceso especialmente alimentos ricos en grasas, azúcares o almidones refinados y una disminución de la actividad física (factor claro de riesgo de morbilidad y muerte prematura a través de su contribución, después del tabaquismo, hipertensión y diabetes ).
Estos problemas ya han explotado en Uruguay y también han tenido la respuesta legislativa en relación con el etiquetado de alimentos, limitación del uso de tabaco y alcohol, regulación de la publicidad y la promoción de efectos dañinos para la salud, estaciones saludables de cercanía en todo el país. Pero los esfuerzos no alcanzan, deben ser multisectoriales, e incluir cambios ambientales y sociales.
A pesar del costo asumido por los gobiernos la responsabilidad parecería ser trasladada al individuo en tanto que las organizaciones médicas deberían dar un lugar de privilegio en sus programas.
Pasar por alto las enfermedades crónicas no es una opción para nadie.
Trastornos mentales y enfermedades crónicas son el foco donde la OMS apunta en el futuro exigiendo un compromiso político de alto nivel y mayor presión sobre los efectores de salud públicos y privados.
¿Cómo efectivizar?
Por supuesto a través de las autoridades departamentales o direcciones y responsables de la salud privada. ¿Están capacitados para programar?, ¿están capacitados para analizar la epidemiología a través de los datos (escasos) de la informática? ¿Gozan del liderazgo del reconocimiento de sus pares? En mi humilde opinión son cargos inconducentes por accionar político partidario,- con exclusión de la capacitación- y amiguismos y favoritismos que blandiendo la “excalibur” dieron nacimiento a un despotismo descalificador digno de los intereses mágicos de “Merlín”, muy lejanos a los derechos superiores de la salud.- Dejar atrás el atavismo interesado y reformular la asistencia del departamento depende de la misma sociedad y su acción directa.-
El fracaso de la atención primaria y la medicina familiar es notorio, se actúa según horarios y pagos, sin programas ni evaluación, sin atención longitudinal, con carencias de todo tipo y sobre todo sin idea de población,enfermedades,riesgos,prevención y promoción de salud y un gran atraso de todo aquello que termina agravando enfermedades.