Dr. Álvaro Vero-
Ha pasado 1 año donde el mundo, su economía y sus sociedades fueron sacudidas por un fenómeno sanitario con pocos antecedentes en la historia moderna de la salud.
Tomó al país en un reciente cambio de gobierno, con visiones y planes que no contenían este fenómeno y que mas allá de los daños ocasionados recién permite ver la luz de esperanza en la incipiente vacunación.
La post-verdad demostró el oportunismo del Poder Ejecutivo, sus aciertos, y la responsabilidad de las políticas estatales en esta situación.
En lo local casi fuimos “Formosa” con una orden de servicio local que cerraba el departamento y que fue rápidamente abortada por el PE; posteriormente se nos dijo hasta el cansancio en ámbitos públicos y privados que “se estaban haciendo las cosas tan bien que no teníamos enfermos de Covid”…! – demostrando una ignorancia total profesional y de incapacidad en la materia de lo que significa “pandemia” -. La pregunta es que si esa era la situación, cual sería la razón de las consultas no presenciales y porqué se tomó esa decisión si es que el MSP lo autorizó para departamentos en rojo, -que no era el caso de Salto-; quienes respaldaron esa decisión y si se tomaron en cuenta los daños que pudiera ocasionar la actitud en plazos extensos como el que corrió en la salud de la población.
Hoy los hechos no hacen más que confirmar las inexactitudes, inexperiencia e irresponsabilidad de quienes tomaron las primeras decisiones en clara dependencia del poder político que asignó las mismas y que también es responsable de sus actos porque además conoce o debiera conocer las directrices de la materia.
Es claro también para el profano que la problemática es mucho más compleja que andar repartiendo ambulancias, camas, respiradores; sin un acatamiento a los científicos locales y nacionales con evidencias de riesgos epidemiológicos; con marketing político no se maneja salud.-
La pregunta es hasta qué punto sirvió la pandemia en los servicios locales para beneficiarse de las carencias estructurales de muchos años y los dineros a través de cargos de “alta dedicación” a profesionales amigos sin capacidad de gestión y a servicios inactivos que siguieron cobrando sin sentido cargas históricas sin erogaciones y ¿porqué razón no se compartieron los riesgos en el gasto de los dineros públicos ? o ¿que se podría aportar aumentando las acciones de salud de las empresas de tal manera de compensar lo que cobraron y no efectuaron ?
¿Que etapa habría que abordar hoy? En tanto que los objetivos de la salud pública son proteger, promover y restaurar la salud de las personas se desprenden un conjunto de funciones.
Planificar en busca de los objetivos planteados.
Esto significa partir del análisis de una línea de base de prioridades que se establezcan u objetivos prioritarios y elaborar los programas y proyectos que nos permitan llegar.
Requiere entonces análisis de la situación presente (carente), descripción de los objetivos a conseguir, identificación de las vías para conseguirlos, seleccionar los viable, factibles, eficientes y efectivos y valorar resultados.
No es un tema de recursos físicos solamente, es de participación social, tanto del usuario como del trabajador, del análisis epidemiológico (carente) del demográfico o poblacional-geográfico (insuficiente) de la bioestadística (ausente) de los costos (desconocidos) del marco legal (soslayado), de la informática médica y la telemedicina (ignorada en etapas primigenias) ,de una UCP o unidad de control del proyecto departamental de las estructuras que brindan atención médica y una composición calificada de líderes experientes con diferentes capacitaciones con compromiso profesional y vocación y no personeros de la política partidaria de turno.- No existe otra fórmula.-