Por Dr. José Luis Camejo
En la edición pasada marcamos a Salto como un destino de esperanza, tanto en la historia con nuestro pueblo oriental con la marcha hacia el salto del éxodo como el presente futbolístico actual, con dos referentes máximos del fútbol mundial como los son Edinson Cavani y Luis Suárez.
Salto a dado grandes valores a nuestro fútbol desde siempre, pero ahora con el avance tecnológico donde las noticias circulan rápidamente, muchos escuchan nombrar a Uruguay por Cavani por Suárez, y también que son de un lugar llamado Salto.
La pregunta general para los que logran ubicarnos en el mapa mundial es ¿Como hace un país tan chico y de una misma ciudad salgan dos referentes que hayan alcanzado tal relevancia?
Si buscamos una explicación lógica técnica no la vamos a encontrar, pero si hurgamos en la historia podemos encontrar respuestas que salen más bien del corazón, del sentimiento de cómo se vive y siente el fútbol en Salto tenemos la respuesta.
Hasta hace una década atrás la recreación en particular de los varones pasaba por la pelota, pelota que en algunos casos llegó a ser de trapo, con los adelantos con media forrada, con media can can, la vieja pelota de goma, la de plástico si no había otra, tiempos que la de cuero se hacía valer y era difícil de alcanzar, pero al fin siempre la pelota era la respuesta al aburrimiento que encaminaba la energía de chicos y grandes.
En cada baldío o campito, calle igual, sobre todo cuando caía el sol dependiendo si era invierno o verano la pelota se apoderaba de la atención de todos, tanto de niños mayores o abuelo.
En el baldío o el campito no había muchas reglas pero lo que existía, era una obligación acatarlas, no existía una hora afija de encuentro, bastaba que aparecieran tres o cuatro para que alguien diera el grito” anda a llamar a fulano que venga o mande la pelota” por mientras ya se iba corriendo la voz, y lo que sería una cancha de fútbol se iba poblando, hasta que aparecía la reina, picando ahí estaba los que todos esperaban LA PELOTA.
En pocos minutos ya habían dos referentes que elegían, uno por turno su jugadores y se armaban los equipos con el numero limite que soportara el espacio, de lo que sería la cancha, la mayoría de las veces se seria el grito “hay cuadro afuera” hay un grupo esperaba el resultado, ya que la regla era EL GANADOR SIGUE EN CANCHA, y arrancaban los partidos uno tras otro hasta que se iba el sol.
En esos clásicos que se veían en toda la ciudad, la edad era desde que el físico te habilitaba pegarle a la pelota, hasta que las piernas te hicieran sostenerte en pie, de ocho a setenta años jugaban todos, era normal ver jugadores de campito, todos juntos, normalmente los de menos edad adelante y los mayores a la saga.
El partido se disputa fuerte pero con lealtad ahí jugaban los guapos en el buen sentido, de aquel que no lloraba que calladito aguantaba una entrada fuerte y después se las arreglaba, todo se armaba como si estuviera preparado para jugar estaban afuera con el mate, mirando y buscando similitudes con grandes jugadores (mira como le pega, como driblaba jugar bien es parecido a) así se vivió el fútbol, de ahí esa pasión ese amor, ese luchar hasta el final dando todo porque la regla era clara EL QUE PERDÍA SALIA, SOLO EL GANADOR QUEDABA EN LA CANCHA.
Ese cúmulo de pelotas picado por todas partes son reflejadas en más de treinta equipos de baby fútbol, con categorías que van de cinco hasta los trece años, en clubes que conforman la liga salteña de fútbol fundada un 14 de julio de 1911, afiliada a OFI, las cual cuenta hoy con 36 instituciones que se dividen en tres divisionales A, B, C, todos con sus diferentes categorías de formativas.
También para los menos delicados o con menos tiempo está el fútbol comercial, liga que cuenta con más de doce equipos, donde cada fin de semana al terminar la jornada laboral, liberan la pasión por el fútbol, no no solo la ciudad se viste de fiesta, también el fútbol agrario tiene su lugar, de todo el interior existen equipos que conforman la liga de las colonias agrarias, con dos divisiones A y B.
Y como si fuera poco en los últimos años emergió lo que es el fútbol seniors y super seniors con más de tres divisionales que se dividen en categorías de mayores de 35 a 45 años, y mayores de 45 hasta que el cuerpo aguante, pero aún falta porque también existe una liga de fútbol femenino integrada por catorce equipos en pleno crecimiento, como si no alcanzara esta la liga de fútbol Sala con sus reglas y espacios reducidos pero fútbol al fin.
El fútbol es un verdadero sentimiento que todos los fines de semana invade la ciudad y el interior del departamento de Salto.
Un pueblo cada fin de semana está detrás de una pelota, vuelan miles de esperanzas, pasiones, sacrificios, amores etc., por eso decimos mientras los tecnócratas de fútbol sigan buscando la explicación de Cavani de Suárez, de Goncalves, de rocha, de Leandro Andrade. Desde el punto de vista lógico científico, no lo va encontrar si no entra en el terreno del sentimiento y de la pasión. Ese sentimiento que demostró Luis Suárez para superar la adversidad para llegar a ser profesional que, lo hizo llegar a un mundial después de una operación que, lo hizo ponerse de pie luego de que lo sacaran del máximo evento mundial en el 2014, y por último del cachetazo del Barcelona, ese mismo sentimiento es el que llevó a Cavani a no darle opción al maestro Tabárez para convocar al mundial 2010.-
Ese mismo sentimiento lo lleva a marcar goles cuando estábamos a un paso fuera de los mundiales, que lo hizo superar los negocios extra futbol que lo dejará afuera del Paris Saint Germain, ese sentimiento de querer seguir en la cancha, lo lleva a estrenar en el campo y hasta con guadaña, igual aunque fuese para el posteo en las redes pero como símbolo de lo que hacía día a día , en la realidad ese sentimiento fue el que lo llevó a reafirmar en el Manchester United con goles, así ambos, con ese sello de darlo todo , así de simple, así de complejo como en el campito “ el ganador sigue en la cancha y el que pierde sale”.