“Lo del gremio bancario es una vergüenza; mentían cuando decían que la reforma no era necesaria, lo era y lo sabían”

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La grave situación financiera que atraviesa la Caja Bancaria todavía está lejos de resolverse. En este sentido, el senador nacionalista Sergio Botana criticó duramente al sindicato bancario que, a su entender, no defendió a sus propios trabajadores, sino que veló por los intereses del Frente Amplio y el PIT-CNT al negar la necesidad de una reforma de la seguridad social. En tanto, remarcó la importancia de esta transformación en beneficio de los futuros jubilados. Por otra parte, lamentó la falta de soluciones al problema económico que aqueja a los ciudadanos fronterizos.

¿Cómo analiza la reforma de la seguridad social luego de los cambios que se le realizaron al proyecto original?

Es una excelente reforma que va a permitir que los jubilados del futuro se puedan jubilar y puedan cobrar sus jubilaciones, y que los jubilados del presente puedan seguir cobrando las suyas. Los jubilados del futuro van a trabajar lo mismo y van a cobrar más, especialmente, los de los tramos más bajos van a tener una jubilación que estará entre un 23 y un 43% por encima de lo que cobran hoy. Sería bueno dar un ejemplo: quien tuvo toda la vida salario mínimo se jubilaría con $ 9.500, por lo cual cobra la jubilación mínima que es del orden de los $ 17 000; a esa misma persona, en el futuro, se le sumará el suplemento solidario que es de $ 12.300, entonces, va a cobrar casi $ 22 000. Eso no da para sostener la vida y $ 17 000 tampoco, pero $ 22 000 es bastante más que $ 17 000. Desde ese punto de vista esta reforma es excelente para el futuro de la economía y para cada una de las personas que se jubilen.

¿Y en cuanto a las modificaciones…?

Las modificaciones que se hicieron, fundamentalmente las del Partido Colorado y Cabildo Abierto, tienen incidencia positiva y en términos de PBI empeoraron los números de la reforma en apenas un 0,3%, con lo cual tienen un impacto económico medido y sostenible y un impacto social muy positivo.

¿Qué visión tiene acerca de la situación actual de la Caja Bancaria? ¿Cómo se llegó a esto?

Lo del gremio bancario es una vergüenza. Salió a hacer campaña diciendo que no era necesaria la reforma. Recuerdo que en el discurso del informe de la reforma de la seguridad social los invité a que firmaran que no necesitaban reforma y que no iban a venir después a pedir plata de la caja de los pobres para sostener su propia caja, que no iban a venir a sacarles a los jubilados más vulnerables socialmente para sostener jubilaciones de privilegio, pero no vinieron a firmar, no vinieron a manifestar esto, y sí vinieron a pedir plata de apuro porque en el próximo trimestre se quedan sin poder cumplir con sus obligaciones. Es más, les pidieron adelanto a los bancos para poder pagar las obligaciones en los próximos meses, con lo cual nos están diciendo que mentían cuando decían que la reforma no era necesaria, claramente lo era y lo sabían. No estaban defendiendo a los trabajadores bancarios, sino al Frente Amplio y al PIT-CNT, una situación bastante fea para un bancario, tener un gremio que ya no lo defiende por defender a un partido político.

Después, han ido surgiendo informaciones que preocupan bastante. Que se necesiten US$ 660 millones en los próximos 10 años para cubrir déficits es gravoso y gravísimo, que haya jubilaciones de hasta $ 500 000 es altamente preocupante, es una bofetada al jubilado que hoy recibe $ 17 000. Son tan solidarios los bancarios de AEBU (Asociación de Bancarios) con los jubilados de $ 17 000 que pueden estar tranquilos de conciencia, cuando ellos cobran $ 500 000.

Cabe aclarar que no son todos los casos, sino que el promedio es de $ 120 000.

$ 120 000 es bastante más que $ 17 000.

Lo que ellos alegan es que no están dispuestos a perder ningún beneficio y que los bancos han tenido ganancias históricas incluso durante la pandemia, y aseguran que son los bancos privados los que están trancando una posible solución porque no quieren aportar. ¿Cómo toma esa postura?

Lo que AEBU quiere es subir el costo del dinero para la economía del país, a través de un impuesto a las transacciones bancarias que tiene algo aún más grave: va a agravar en el futuro a las jubilaciones de los jubilados más pobres. Ponerles impuestos a los pobres para financiar a los ricos no me parece una medida distributiva adecuada. Los bancos hoy tienen ganancias importantes, y tienen un aporte que es del orden del 47% de los salarios, es el más grande de todos, o sea, tienen un aporte patronal del 25,25% y lo que aportan con la PCP (Prestación Complementaria Patronal) suma un 22% más. Sería bastante mejor que ese monto enorme de dinero fuera dirigido al abaratamiento del crédito y no a seguir sosteniendo jubilaciones de privilegio.

¿Por qué cree que se esperó a llegar a esta situación tan crítica y no se tomaron medidas antes? ¿Dónde están las responsabilidades?

Porque había más interés en hacer política para el FA que en defender a los trabajadores del propio sector.

¿Cuál debería ser el camino de salida?

Lo que tiene que haber acá es una homogeneización de los criterios de las nuevas jubilaciones, convirtiéndolas en similares a las de los demás trabajadores del Uruguay. Si uno tiene la independencia que da el depender de los recursos propios, se puede dar el lujo de tener jubilaciones privilegiadas; si uno le va a pedir plata al fondo común de los uruguayos, se tiene que adaptar a los criterios a los que se adaptan todos los trabajadores del país. Esa es una regla de toda lógica. ¿Por qué los bancarios van a tener privilegios si se financian del fondo común de todos? ¿Por qué va a sostener jubilaciones de privilegio un país que tiene que subirle el costo del crédito a todas las empresas y ponerles impuestos a los jubilados pobres para financiar a los de jubilaciones altísimas? Es bastante desagradable que eso suceda en el Uruguay y no entiendo con qué cara lo pueden plantear.

Desde la Asociación de Bancos Privados (ABPU) afirman que los elevados costos de seguridad social del sector desestimulan la contratación de personal y eso atenta contra la sustentabilidad de la caja. ¿Cómo evalúa esta situación?

Parece un razonamiento bastante lógico. Si un trabajador se transforma en excesivamente caro, tiende a ser sustituido por la tecnología, eso es así en este sector y en todos los sectores de la economía del país.

Por otra parte, ¿por qué todavía no se le ha dado una solución definitiva al tema de las fronteras, sobre el cual usted ha trabajado? ¿No la hay? ¿Cuáles son las dificultades?

La solución está arriba de la mesa, está presentada como proyecto de ley desde hace un año y medio. Lo que existe es un temor de parte del Ministerio de Economía de adentrarse en una zona que considera que no es parte del Uruguay parece. En este país hay excepciones para todas las cosas, no las hay para los habitantes de los departamentos que se ven altamente afectados en su trabajo y en su capacidad de producir por estar situados en las fronteras, donde el Uruguay es poco competitivo. No son los fronterizos los culpables de los altos costos del Estado uruguayo. Hay que ir a reglas de flexibilidad compartidas con Argentina para las zonas fronterizas, habilitando la importación simplificada hasta determinados volúmenes, ese es el camino lógico para aumentar en legalidad y en recaudación y para hacer crecer el empleo.

En otro orden, hacia el período electoral que se aproxima, ¿tiene planeado trabajar para la candidatura de Delgado o de Raffo?

Nosotros estamos trabajando para la creación de un sector de fuerte sesgo wilsonista, que sea capaz de generar intervenciones del Estado para la promoción de sectores de la economía sin caer en intervencionismos. Creemos en un Estado presente que aliente el empleo y la producción sin caer en el agrandamiento. Queremos trabajar en un país donde el interior tenga un desarrollo equilibrado con el de la capital. Estamos contentísimos con la acción del gobierno y pensamos que el futuro necesita de un énfasis mayor en el desarrollo de la inteligencia aplicada a la producción y en la defensa de la producción agropecuaria incorporando innovación y tecnología, y esos sectores deben recibir subsidios si es necesario, es preferible subsidiar el trabajo que subsidiar la pobreza. Cuando lleguen los tiempos electorales decidiremos si con el acuerdo con la 40 llevamos un candidato propio o si hacemos un acuerdo con alguno de los que ya están sobre la mesa.

Fuente ;LA MAÑANA

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