En más de una oportunidad me han preguntado como un gobierno con una aprobación mayor al 75% y que además fuera reconocida como la mejor gestión en el año 2013 por el CELADE, al final del período y con la elección ya perdida, algunos quisieron instalar que fue el peor gobierno de la historia y que se fundió la Intendencia. Me preguntaron qué fue lo que pasó y eso es lo que hoy quiero transmitir desde estas líneas.
Si observamos las cifras que surgen del propio Tribunal de Cuentas, vemos que Salto tenía un déficit acumulado de 585 millones de pesos, similar al de Artigas de 519 millones o el de Rocha con 477 millones, pero bastante inferior al de Maldonado con 607 millones, al de Canelones con 2.709 millones o al de Montevideo con 8.900 millones. Pero la diferencia es que el de Salto estuvo en la tapa de todos los medios y eso se volvió el eje de una feroz campaña de descrédito político y personal.
Cuando llegamos a la Intendencia en julio del año 2010 nos encontramos con el mayor aumento de funcionarios de la historia. En el año 2005 el primer gobierno del Frente Amplio recibió una plantilla de 1.250 funcionarios, el que llevaron a 1.735 al final del período, un aumento de 38,8%. Pero esto no quedó allí, ya que en plena transición y a pocos días de entregar el gobierno resolvieron la presupuestación y la adecuación de más de 600 funcionarios, que pasaron a ganar hasta cuatro o cinco veces más. Este aumento en el rubro retribuciones fue la gran detonante del déficit del período.
Y si, en nuestra administración hubo ingresos que representaron un 7,8%. Así fue porque con las adecuaciones de último momento dejaron a la Intendencia sin los funcionarios que hicieran las tareas que corresponden a los grados más bajos y esas vacantes las hubo que cubrir. Tal es la demostración de que eso fue así, que el 87% de quienes este gobierno dejó sin trabajo no llegaban al grado 5.
Pudimos haber elegido el camino del enfrentamiento, dejar sin efecto las adecuaciones y despedir funcionarios, pero nosotros nunca dejaríamos a personas en la calle y decidimos priorizar cada una de esas familias. También hubiésemos podido aumentar los tributos como lo hace reiteradamente el gobierno nacional y trasladar esos costos al bolsillo de la gente, pero todos saben que no lo hicimos y que por diferentes iniciativas muchos incluso pagaron menos. Decidimos optar por el camino del acuerdo, respetando el trabajo de los funcionarios y priorizando al departamento.
A pesar de este contexto, decidimos no bajar los brazos y trabajamos con muchas ganas de hacer cosas por Salto. Así fue que realizamos esa inversión de más de 100 millones de dólares en obras reales, cortamos cintas inaugurando los nuevos accesos a Salto, los cientos de cuadras en bitumen y cordón cuneta, iluminando las avenidas, el centro y barrios enteros, levantando policlínicas, destacamentos, piscinas, baños en las plazas, recuperando los espacios públicos, abriendo los refugios para víctimas de violencia de género, para el adulto mayor y para personas en situación de calles.
Con la mano tendida y siendo solidarios pudimos avanzar mucho, donamos el Mercedes Benz a Casa Amiga y donamos cientos de miles de dólares a instituciones benéficas por la Zona Azul. Así podríamos seguir enumerando todo lo que pudimos hacer en los cinco años por Salto y su gente.
Nuestro error fue no haber tenido una previsión financiera para contrarrestar el daño que no midieron en hacernos para que perdiéramos la elección. Desde las partidas del gobierno nacional que no recibimos, hasta la falta de apoyo de los ediles del Frente Amplio en privarnos de acceder a mecanismos financieros que en otros departamentos son tan comunes. Tanto nos criticaron los fideicomisos, en nuestro período tomamos por 740 millones y los pagamos. Hoy este gobierno tomó fideicomisos por más de 1.000 millones y los tendremos que pagar entre todos.
Lo hecho, hecho está. Hoy estamos recorriendo un nuevo camino junto a un equipo de técnicos para generar un gran proyecto para Salto. Aprendimos, sin rencores ni revanchismos, convencidos que vivimos en el mejor departamento y que merece volver al podio de la ocupación y de la inversión. Este es un Departamento destinado a ser grande, así nos obliga la historia.
