UNASEV como órgano competente de la seguridad vial es respetuoso de la ley vigente en cuanto a la conducción y alcohol
La UNASEV promueve trabajar sobre todos los factores de riesgo en el tránsito que implican aumento de la morbimortalidad. No debemos reducir las acciones de prevención y fiscalización a un solo factor, esto sería minimizar el problema y reducir la importancia de este tema trascendente.
Si bien la proyección de las cifras de lesionados y fallecidos -según el adelanto brindado a fines de noviembre de 2020– es auspicioso en cuanto a una contención respecto al aumento de las mismas, la estrategia desde la Unidad Nacional de Seguridad Vial es ir por todo.
Hay algunas conductas de riesgo en el tránsito que vienen pasando desapercibidas, porque también integran la paleta de malos hábitos que hemos naturalizado.
El mal uso de los límites de velocidad, la conducción imprudente, las distracciones, la conducción con sueño, la interferencia de medicamentos en la conducción, el no uso del casco o su uso incorrecto, cinturón, luces, el estado de los vehículos, etc., no deben ni pueden ser desatendidos. Menos hacer una competencia con un solo factor; como dijimos, vamos por todo en la prevención.
La realidad es más elocuente que todas las opiniones. La sociedad recibe su impacto de que los CTI, como por ejemplo el del Hospital de Tacuarembó, están en este momento de plena pandemia Covid19, ocupados en el entorno de un 35% por politraumatizados.
Sí bien es importante escuchar todas las voces; también lo es no perder de vista la complejidad del tema y que las soluciones tienen múltiples acciones que deben interactuar, que deben ser revaluadas y diseñadas para lograr el verdadero cambio. Una medida por sí sola no mueve la aguja; se debe involucrar a la sociedad civil para que esta también forme parte de las soluciones.
Súmate al combate de esta pandemia permanente que convive con nosotros.