LA O.P.I., EL PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN Y “LA PRENSA”

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M. J. Llantada Fabini

La Organización de la Prensa del Interior (O.P.I.), es una institución que nuclea las empresas periodísticas del interior; su trayectoria es relevante, aunque manteniendo un discreto perfil, y ha sido históricamente un puntal de la permanencia del periodismo escrito en el interior del país.

Una de sus recientes iniciativas, es un concurso de periodístico en el cual participan las mejores notas de diferentes rubros, que estimula y premia a los autores y a los medios que representan.

El histórico vespertino salteño “LA PRENSA”, (el más antiguo del país), y su periodista Pedro Rodríguez, han sido distinguidos con el premio a la mejor serie de notas de PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN, de un conjunto de más de 300 participantes.

Es un galardón distinguido, para una modalidad que es la “especialidad” más difícil del oficio, en la cual el trabajo del periodista; que requiere olfato, tiempo y e investigar a partir de “un dato”; necesita también del apoyo y respaldo de la dirección de la empresa.

Hubo olfato, trabajo de seguimiento, y el firme compromiso de la Dirección de “LA PRENSA”; con el resultado de exponer a la luz de la opinión pública, una estafa realizada por funcionarios de la Jefatura de Policía de Salto. Pedro Rodríguez y “La Prensa”, ejemplifican los mejores valores del oficio de pensar con libertad y escribir sin temor.

Este reconocimiento, que debe ser celebrado con el general beneplácito de nuestra sociedad, tiene demás la virtud de regresar a la consideración pública el tema, que lamentablemente no ha terminado aún.

En una breve síntesis, una licencia y un “pase en comisión” de los funcionarios infieles, hizo que la estafa quedara de manifiesto. Una integrante del equipo de INTERPOL, se hacía pasar por “psicóloga” y su jefe en el sector que libraba las “TATA”, cobraron a más de 200 personas, por un test de “aptitud psicológica”, entre 3.000 y 5.000 pesos para entregar el “porte de armas”.

Quienes recibieron la denuncia, (a las que se fueron suman otras), informaron a sus superiores; y en una inesperada decisión, a uno de ellos no se le renovó el contrato de trabajo, y al otro, se lo trasladó y presionó hasta que optó por una jubilación anticipada. En resumen, por haber descubierto la estafa, fueron cesados de su trabajo.

Mientras tanto, los funcionarios infieles, fueron sumariados, y estarían a punto de reanudar sus tareas. El Jefe de Policía de Salto, que firmó los más de doscientos documentos, fraudulentos, habilitantes para el porte de armas, y que aceptó el cese de los que descubrieron y denunciaron la maniobra, sigue mirando para otro lado.

Estamos ante una sucesión de hechos de inocultable gravedad: no solo existió una actividad ilegítima reiterada centenares de veces, sino que quienes la descubrieron y cumpliendo su deber la denunciaron, fueron oscuramente sancionados, en un claro mensaje “mafioso” de “más vale callarse la boca”, mientras que los “sumariados” aún no han sido dados de baja.

El nuevo Ministro de Interior, convocado luego de la renuncia de dos ministros y dos sub secretarios, por una torpe y lamentable maniobra de encubrimiento de algo que ni siquiera sería delito, debiera considerar el tema; no solo para enmendar la injustica, sino para cesar a quien presidió el vergonzoso procedimiento, y pretende seguir tan campante.

La tarea de Pedro Rodríguez y “LA PRENSA” está cumplida, y Salto debe celebrar el hecho; han denunciado a la opinión pública, desórdenes de conducta lamentables en un organismo del estado. Falta aún que el Ministerio del Interior y el Poder Judicial, actúen con la debida diligencia.

 

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