Por Luis Garcia
CABILDO ABIERTO
Y ahora que, ya llovió varios días de corrido buena agua como decimos, el sol aflojo un poco se vio después de mucho tiempo charcos de agua por varios lugares, el dichoso barro y la ropa por varios días no seco, ¡GENIAL!!!!!!!!.
Se terminaron los problemas de la seca ese que el informativo tanto habla y que en realidad muchos no lo vemos.
Solo queda el recuerdo y los precios que sorprenden cada tanto como una lechuga a 150 pesos, ¡SI!!! una locura y las doñas lo comentan por todos lados.
Los reclamos parecen parar y la pelea diaria que si es suficiente o no ya no está en la prensa; algunos dicen se llegó tarde otros alegan que nunca llegaron las medidas y muchos que ahora el problema se terminó y chau pinela.
Y por raro que parezca una seca se inicia con un déficit hídrico o mejor decir falta de lluvia, pero no desaparece cuando comienza a llover.
“Como una golondrina no hace verano”, unas lluvias no terminan una sequía y menos reponer lo perdido ni acomoda todo lo que se atrasó o perjudicó.
El verdadero desafío cuando las lluvias se normalizan es que la emergencia pasa a ser el día a día, se manejan procesos vivos lo cual no tiene nada que ver con apretar algún botón o resetear algo, en esto la naturaleza y sus tiempos manda.
Primero, no llueve pasto, por lo cual alimentar a los animales continúa siendo un gran problema, los tiempos son eso lleva tiempo, que las semillas que están en el suelo broten y puedan de a poco generar materia verde para que los animales la cosechen, y por mientras hay que seguir con ración, suplementos y fardos, y rezar que las heladas no se adelanten y terminen con esos jóvenes brotes.
Estamos con animales flacos con poca energía y seguro los niveles de preñez resultaron bajos y eso que es, muy simple menos terneros para los próximos años.
Para el país todo este muy mal pronóstico, de esto vivimos por más que muchos lo quieran negar.
Tratando de analizar los efectos de la sequía y concentrándose en el rubro carne empiezan a aparecer lo que no sabemos de un país que vive del campo y de espaldas a él.
La verdadera crisis económica para el Uruguay es la crisis del campo, la sequía solo hace que los reflectores apunten a esa realidad y nos permite ver la verdadera riqueza del país, y las dificultades que tiene.
Unos 25 mil vacunos pasan por mes por los frigoríficos, y gran parte al puerto y al mundo, moviendo una rueda de trabajo y producción difícil de imaginar y es de donde salen los tan preciados dólares de Uruguay que mueven y fortalecen nuestra economía.
La producción ovina es menos afectada a simple vista, la oveja es el animal, más rústico y fiel para la producción, afectado como ningún otro por temas extra productivos con el stock más bajo de la historia, pero sobrevive con un gran manejo de los Hombres que trabajan en nuestros campos produciendo la más sabrosa carne y la más fina fibra de lana única en el mundo.
Las etapas de sequía y falta de pasto afectan directamente en la calidad de la fibra y es un enorme problema, llegando al punto de rotura de la fibra.
La lechería es sin duda unos de los rubros más difíciles de llevar en estas épocas, los más viejos en el rubro dicen que los productores lecheros no producen leche sino pasto y la vaca lo transforma en leche, sin duda todo un milagro en estos tiempos.
No es cierto ni por un minuto que es gente que la tenga fácil y que son privilegiados, no es ni por un segundo un tema en discusión se pierde mucho y de una manera muy trágica, ver morir tus animales y los cultivos perderse es dramático tengas uno, diez o cien.
Los malla oro son otros, los que querían ser murguistas y no fueron a ensayar, los del Pit – Cnt, que solo cobran y se quejan, los intendentes que quieren ser senadores, los que ponen en cargos en todo el estado y los ediles que faltan a las sesiones, pero nunca los que miran sin poder hacer algo cuando se pierde todo lo que lograron con una vida de trabajo.