ISABEL FIGARI
ME HARTÉ DEL APOYO CRÍTICO A LA “REVOLUCIÓN” BOLIVARIANA. Después de estar 6 meses viviendo allí confirmo los peores temores.
El “socialismo del siglo XXI” un verdadero fracaso. Vi la tristeza de un pueblo que no sólo sufrió la prematura muerte de su líder sino la traición de aquellos en quienes confiaron.
Un país económicamente desbastado que ha aumentado su deuda externa a cifras siderales, deuda externa que paga religiosamente a la banca internacional (incluida la norteamericana) y cuyos intereses solamente, significan una sangría de 20 mil millones de dólares anuales.
Al bajar el ingreso de divisas, el asistencialismo con el que se pretende cubrir las falencias de la revolución se le hace cada vez más difícil al gobierno y se deja en manos de especuladores la alimentación del pueblo.
Un país que no diversificó ni aumentó su producción en la época que el petróleo estaba a 100 dólares el barril, todo lo contrario, liquidando toda la producción nacional con la consecuente pérdida de la soberania alimentaria.
Todo se importa: harina de trigo, café, aceite, arroz, azúcar, etc. todos productos de primera necesidad. Se expropiaron las peores tierras para los emprendimientos cooperativos, tierras que no son productivas, a falta de insumos y equipamiento, se sembró la desidia, terminando con la corrupción y el saqueamiento de esos emprendimientos.
La inflación según cifras oficiales llega al 500% pero los salarios aumentan un 100%. Un maestro gana 80 dls. mientras que una jubilación mínima ronda los 22 dls, con lo que se puede comprar 3 pollos al mes. Se habla de “precio justo” mientras se mantiene el intercambio desigual.
El precio justo no es más que subvención al capital. El estado le entrega a los empresarios dólares a 12 bolivares, cuando en el mercado local está a 1000 bolos.
Y claro, los capitalistas hacen de la suyas, qué se pretendía esperar, que se quedaran de brazos cruzados frente a tanto regalo!. No hay escasez en Venezuela, los productos están pero la mayoría del pueblo no puede acceder a ellos: harina de trigo a 75 pesos uruguayos, arroz a 60, aceite a 70, un litro de leche 60 pesos!
Cómo se puede entender una “revolución” que no nacionaliza el comercio exterior dejándolo en manos de la burguesía con un dólar preferencial?! Lo mismo que la distribución de los alimentos en manos de particulares, sin tarjeta de racionamiento quedando en manos de los especuladores.
La guardia bolivariana custodiando los intereses de los dueños de supermercados (la mayoría chinos) para evitar saqueos. Distribuyendo entre ellos y los “bachaqueros” los alimentos que supuestamente vienen para el pueblo. A esto sumar la entrega de las riquezas del subsuelo del arco minero del Orinoco, a las multinacionales.
Oro, diamantes, bauxita, hierro, coltán entregado a decenas de multinacionales, principalmente chinas y canadienses, para su explotación. Los canales de televisión estatal enseñan chino, documentales chinos, telecomedias chinas.
Hay que conocer el idioma y la cultura del imperio de turno! Y la corrupción, a todo nivel, envileciendo a un pueblo solidario y sacrificado! Guay si ganan las elecciones la derecha, cuántas cuentas en Panamá y Miami van a saltar con los 300 mil millones de dolares sustraídos del pueblo venezolano! Un movimiento sindical burocratizado, totalmente subordinado al gobierno y desacreditado frente a las masas de los trabajadores.
La educación pública totalmente destruida lo mismo que la salud pública que si no fuera por la solidaridad de las misiones cubanas la gran mayoría de la población no tendría donde atenderse.
Se duplicaron los índices de enfermos de malaria, un brote de difteria en el estado de Bolívar está devastando a la población infantil.
Sin embargo el gobierno se da el lujo de pagarle el seguro médico a 5 millones de funcionarios, en las clínicas privadas más caras del país, donde entrás por una gripe y terminás con una tomografía total, paga el Estado! Y no se avisora la más mínima autocrítica, los pocos profesores de la Universidad Bolivariana que se animaron a criticar la política económica fueron expulsados.
La persecución tremenda a los funcionarios públicos que firmaron para el revocatorio (mecanismo constitucional) que terminó con cientos de ellos expulsados. Yo misma presencié cuando a una directora de escuela le dijeron: “usted, al aula!” removiéndola del cargo.
Los trabajadores desposeídos de sus medios de subsistencia y la burguesía nunca estuvo mejor que si protestan es porque ahora los que roban son otros y como ellos mismos lo dicen: “no queremos que nos gobiernen los negros”, pero no es porque no se hayan enriquecido como nunca en este proceso.
Ví en la televisión como Maduro entregaba 1000 millones de dólares al gerente de la Nestlé para una planta en El Tocuyo, invitando “a los empresarios honestos a invertir en Venezuela”. Lo peor, que esta política reformista aleja las posibilidades de una verdadera revolución, sembrando el desencanto, el hacé la tuya y la vuelta de la derecha. Lo del título: ME HARTÉ DEL APOYO CRÍTICO A LA “REVOLUCIÓN” BOLIVARIANA!
ISABEL FIGARI