Por Leonardo Vinci
Con su salud muy deteriorada, Enrique Texo se encontraba internado en el Hospital Salto donde falleció en las últimas horas. Enrique era un músico bohemio que recorrió con sus cuerdas buena parte del país y muy especialmente varias provincias argentinas. Conocedor de lo nuestro, tanto la guitarra como el cavaquiño eran sus instrumentos preferidos.
En sus años mozos, actuaba en distintos lugares nocturnos acompañando a otros músicos. Su larga trayectoria como intérprete y como autor, lo llevaron a integrar la directiva de ASDEMYA, la Asociación de músicos de Salto, cuando ésta institución ya no funcionaba con el dinamismo de otrora.
Desafío de aggiornar ASDEMYA
Con otros músicos locales asumieron el desafío de aggiornar la Asociación y como modernos quijotes se propusieron hacer una ambiciosa reforma al añoso edificio. Lograron vencer la muralla burocrática y obtuvieron fondos ministeriales como para comenzar las obras.
El hermoso y amplio salón de fiestas y eventos, las salas de ensayo, las habitaciones en la planta alta para recibir a socios de otros puntos del país, el estudio de grabación y la moderna batería de baños fueron jalones de la tarea que con tanto sacrificio como esmero se fue realizando.
En lo institucional, ASDEMYA, bajo su presidencia participó en importantes congresos donde se bregó por obtener representación en el FONAM, (Fondo Nacional de la Música). Asimismo, se revalorizó la actuación de los músicos del ayer y los renovados salones fueron escenario para animadas peñas y permitieron que distintos festejos se realizaran exitosamente. Asimismo, se le brindó a los socios la posibilidad de poder cobrar sus actuaciones con la documentación de la Asociación.
Fue político y colorado
Enrique participó de la vida política del departamento integrando a los sectores colorados opositores al régimen militar.
Miembro de la Asociación Nacional de Numismática se destacó por sus amplios conocimientos acerca de las monedas, muy especialmente las uruguayas, convirtiéndose en un verdadero experto. Su pasión por las antigüedades era notoria, siendo persona de consulta. La Radio Cultural lo tuvo como su segunda casa, a la que quiso entrañablemente.